La aparición de las lavadoras automáticas a mediados del siglo XX fue uno de los inventos que mayor impacto supuso en la reducción del tiempo dedicado a las labores domésticas. Sin embargo, varios estudios indican que en la actualidad el tiempo dedicado a la colada doméstica es similar al que dedicaban nuestras abuelas, con una media de 6 horas semanales sin contar el tiempo de secado.
¿Cómo es esto posible?
La explicación es bien sencilla. En la época de nuestras abuelas, hacer la colada era una labor muy costosa en términos de tiempo, por lo que lo normal era utilizar la ropa durante más días antes de echarla a lavar. Con el tiempo, la evolución de nuestra calidad de vida, unida a una mayor preocupación por la higiene y a la popularización de las lavadoras automáticas, han incidido en que la frecuencia de lavado de prendas se haya triplicado con respecto a la que existía antes de la aparición de este invento. El resultado es que a pesar de las mejoras en comodidad e higiene seguimos dedicando un tiempo similar a la colada doméstica.
Sin embargo, hace ya varias decadas que los paises anglosajones dieron con la solución que no es otra que la proliferación de lavanderías autoservicio. La mayor capacidad de carga de las lavadoras industriales y la combinación de mejores detergentes y acción mecánica de las lavadoras hace que una familia de cuatro miembros pueda hacer su colada doméstica una vez a la semana, invirtiendo apenas 30 minutos en el lavado (frente a las 6 horas de media de una lavadora doméstica). Si además consideramos el tiempo de secado, la diferencia puede llegar a ser abismal, pues en una lavandería autoservicio invertiremos apenas una hora en lavar y secar mientras que en nuestro domicilio, si contamos con secadora la cifra se dispara hasta las casi 20 horas. Mejor no contemos el tiempo de los que para secar tienden la ropa...
¿Valora usted adecuadamente su tiempo?